La atracción de las ciudades y paisajes argentinos entre los turistas extranjeros lejos parece estar de mermar. Por el contrario, la visita de viajeros del exterior sigue creciendo y a mayores tasas que otros países de la región, a tal punto que la Argentina logró desplazar a Brasil en 2010 como principal destino internacional de Sudamérica.
Según datos del Barómetro de la Organización Mundial de Turismo (OMT), la Argentina recibió 5,325 millones de personas en 2010, un 23,6% más que en 2009, mientras que al país gobernado por Dilma Rousseff arribaron 5,161 millones de extranjeros, un 7,5% más que el año previo. Así, la Argentina superó en 164.000 turistas al gigante vecino, hito que no sucedía desde 1995, según la OMT, cuando el país recibió 2,3 millones de visitantes foráneos frente a 2 millones de Brasil.
De ahí en más, el país vecino creció fuerte y ya en 2000 recibió casi el doble de viajeros, con 5,3 millones frente a sólo 2,9 millones de la Argentina. Y si bien la tendencia se revirtió recién en 2010, se explica por el gran crecimiento registrado en el país durante la última década, sobre todo desde 2003: los arribos treparon 83% de 2000 a 2010, frente al estancamiento de Brasil, que recibió 2,6% menos de viajeros en igual lapso.
El dato es más que alentador, sobre todo si se tiene en cuenta las dimensiones de uno y otro país: la Argentina tiene 40 millones de habitantes frente a 190 millones de Brasil, que además representa más del 60% de la economía de Sudamérica y figura entre las diez primeras del mundo por su PIB.
Son varias las razones que llevaron a este nuevo liderazgo regional. Hay que admitir que la Argentina hizo un buen trabajo de promoción de sus destinos en el exterior, sobre la base de sus fortalezas. Encuestas entre lectores de las grandes revistas de turismo mundial, como Condé Nast Traveler o Travel & Leisure, mencionan a Buenos Aires entre los 10 o 15 destinos más deseados del mundo. Y las mediciones de satisfacción de los turistas son muy buenas, la mayoría dice que la experiencia vivida en el país superó a sus expectativas previas, algo que impulsa aún más la promoción, explicó Arturo García Rosa, presidente para Sudamérica de la consultora en hotelería HVS.
El país no parece ya ser sólo atractivo por ser económico, como se pensaba tras la devaluación. Ya no es barato frente a otros destinos, sobresale por sus cualidades en sí. Hay destinos ya impuestos en el exterior, como Buenos Aires por su atractivo cultural o la Patagonia e Iguazú, pero también se agregaron otros, como Mendoza y sus vinos o Salta, agregó. A la par del alza en arribos, el país registró en los últimos años fuertes inversiones hoteleras, que sirvieron para ampliar las plazas disponibles y mejorar la calidad de la oferta existente.
Mientras tanto, en Brasil jugaron otros factores. Su principal destino internacional, Río de Janeiro, fue afectado por la inseguridad, tema que perjudicó su imagen entre turistas. Y la fortaleza del real hizo de Brasil el país más caro de la región, desalentando el turismo, explicó.
Pese a todo, Brasil lidera aún la región en ingreso de divisas por turistas del exterior, gracias a su fuerte moneda frente al peso: recibió u$s 5.919 millones en 2010 frente a los u$s 4.942 millones de la Argentina.
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